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miércoles, 21 de marzo de 2012

Otra de cal: multa a prostitutas


Acabo de ver en televisión, en un Telediario, que a las prostitutas de Cataluña se las multará si la policía las pilla ejerciendo en la calle. En esa misma noticia, una persona decía que a ella le molestaba verlas ejerciendo. A mí me molesta la existencia de gente así, como esa “antiprostitutas”, directamente. 

No sé qué estamos haciendo. ¿Es que nadie se para a pensar que las chicas que están “haciendo la calle” a pesar de sus sonrisas probablemente estén viviendo un auténtico tormento? Pero lógicamente no pueden llorar todo el día por las esquinas, porque no creo que se les acercase nadie y no harían pasta para sus chulos. 

Muchas de ellas, la gran mayoría, son VÍCTIMAS de mafias que las maltratan y extorsionan, y los dirigentes de turno en lugar de perseguir a los auténticos delincuentes, la toman con las chicas. ¿Acaso hay algún interés? 

Todos sabemos los engaños con los que llegan algunas a España (por hablar de las inmigrantes, que españolas también hay que sufren los mismo), prometiéndoles un trabajo digno y que finalmente se encuentran con un maromo que les dice “qué tienen que hacer”. 

Lo peor de todo es que muchísima gente "de a pie" (de los políticos ya nos esperamos cualquier cosa) también culpabiliza a las prostitutas por su condición cuando lo que merecen no es un castigo, sino PROTECCIÓN. 

Con la manida excusa que esgrimen muchos de "muchas lo hacen porque quieren", nos lavamos las manos. Esto es MENTIRA. Algunas habrá que sí lo hagan porque lo consideran dinero "fácil", que puedan elegir incluso cliente y que probablemente trabajen en sus pisos o en burdeles de lujo. Pero la gran mayoría no tiene esa suerte. Justamente las que están en la calle, lo dudo.

Vivimos en una sociedad de auténticos hipócritas, donde las páginas porno en Internet explotan de visitas diarias, en la que las películas eróticas son vistas por casi todo el mundo, donde los comics, revistas o lo que sea relacionado con el sexo tienen éxito garantizado. Pero ver a una chica en la calle ligando con un cliente es el colmo del exhibicionismo. ¿De qué vamos? Esa es mi pregunta. Creo que tenemos un grave problema.

En la misma Comunidad, también se ha empezado a multar a los indigentes que piden o duermen en la calle. A los indigentes. Parece una broma, pero es real. 

Estamos, y digo estamos, buscando chivos expiatorios a nuestras frustraciones. En lugar de intentar que la sociedad sea más justa, más equitativa, más solidaria, nos quitamos de en medio lo que nos molesta, lo que no nos gusta ver, porque en mi opinión son la consecuencia de nuestra mala praxis, nos vemos reflejados en la injusticia ajena y eso, como mínimo, molesta. Vemos nuestro pasotismo, nuestro “me da igual el otro, yo estoy bien y no renunciaré a nada por seguir como estoy”. 

Esto me da auténtico miedo porque estamos viendo el retroceso que vivimos en todas las parcelas de nuestra vida, nuestra pérdida de derechos, de libertad, y lo que es peor, nuestra separación social para luchar contra todo esto. Y estamos dejando que pase. 

Estamos siendo testigos de injusticias que se cometen ya no en países lejanos, como “parecía” antes (que a muchos, por estar a muchos kilómetros de distancia les parecían menos graves); sino justo a nuestro lado, ahí, casi tocándonos. 

Cuando sea demasiado tarde, ¿quién nos salvará? Los superhéroes solo viven en los tebeos, no lo olvidemos. Y luego, a silbar.

Raquel Ruiz.
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jueves, 8 de marzo de 2012

En el día de la mujer

Hoy, 8 de Marzo, quiero hacer un pequeño homenaje a todas aquellas mujeres que lucharon por los derechos de igualdad de las mismas.

Yo, que soy un poco mayor, recuerdo, con simpatía y un poco de dolor, como nuestras madres- mujeres abnegadas y sufridoras- llevaban adelante sus tareas “propias de mujer” es decir, cuidar de la casa, atender a los hijos y al marido, administrar el poco dinero que entraba en aquella época para poder llegar a fin de mes… y todo esto, sin poder quejarse porque era su función.

Pero dentro de estas mujeres, había un espíritu de rebeldía, ellas, no lo hicieron pero enseñaron a sus hijas a reivindicar todos aquellos derechos que ellas no tuvieron.

Afortunadamente, tengo la suerte de encontrarme entre las segundas, recuerdo con cariño cuando mi madre me decía: - Tú estudia para que el día de mañana, no tengas que depender de un hombre para salir adelante, que con el que vivas, sea porque quieres no porque sea una alternativa a tu vida.

Nunca le agradeceré suficiente estas palabras y ese ánimo que me daba.

Poco a poco, fue creciendo dentro de mí ( y de la mayoría de mi generación) esa curiosidad por saber más, por preguntarnos por qué la mujer no podía tener una cuenta corriente en el banco o no podía viajar sin permiso del marido o padre y en caso de faltar ambos, del hermano. Por qué las tareas de la casa eran exclusivas de la mujer y los hijos de la madre… muchos “por qué”

Nos fuimos enterando de como nos habían antecedido otras que lucharon por conseguir esos derechos que en España estaban prohibidos, que ya en 1910 en Copenhague ,en la celebración de la II Conferencia Internacional de Mujeres socialistas, se aprobó por unanimidad el establecimiento del Día Internacional de la Mujer Trabajadora como método de lucha por la causa de la mujer. Y que esto fue gracias a la propuesta hecha por una mujer socialista y alemana, Clara Zetkin.

Que el primer Día Internacional de la Mujer tuvo lugar el 19 de marzo de 1911 en varios países de Europa y que en ese primer encuentro participaron más de un millón de mujeres deseosas de hacer saber al mundo sus reivindicaciones:

* El derecho a voto

* El derecho a la ocupación de cargos públicos

* El derecho a la formación profesional

* El derecho al trabajo y a la no discriminación por el mero hecho de ser mujer

Que hubo mujeres (modistas) que se rebelaron contra las condiciones de trabajo que tenían, y que el 25 de mazo de 1911, seis días después del primer encuentro internacional, en la fábrica “ Triangle Shirtwaist Company de Nueva York, murieron 145 mujeres quemadas en la fábrica.

Que el 8 de marzo de 1917 en Rusia, las mujeres se amotinaron debido a la escasez de alimentos y que esto marcó el comienzo de la Revolución Rusa, que derivó en la caída del Zar y en el establecimiento de un gobierno provisional que por primera vez concedió a la mujer el Derecho a Voto.

Mas tarde, en 1920 en Estados Unidos se logra la aprobación de la Decimonovena Enmienda de la Constitución estadounidense por la que se otorga a las mujeres el derecho al sufragio en ese país.

En 1945 se firmó en San Francisco una carta que constituye el primer acuerdo internacional que defiende la igualdad de ambos sexos como derecho fundamental e indiscutible en el marco de las Naciones Unidas.

Seguiría mucho mas, esto es solo una muestra pequeñita de la lucha de las mujeres por conseguir la igualdad. Lo que más me sorprendía era que todo ocurría cuando yo aún no había nacido y, sin embargo, yo notaba unas grandes diferencias entre los dos sexos.

La mujer española, ha ido consiguiendo sus derechos bastante mas tarde, y aunque tengo la suerte de encontrarme entre ellas, no dejaré de reconocer que estamos aquí gracias a la lucha de nuestras antecesoras, de ahí, este pequeñito artículo. Mi abuelo me decía de “bien nacidos, es ser agradecidos”.

No quiero terminar sin decir que aunque la situación de la mujer ha evolucionado mucho desde que ese millón de mujeres se reunieran el 19 de marzo de 1911, aún hay objetivos que no se han logrado como la no discriminación de la mujer en el trabajo, por eso, no debemos relajarnos y debemos seguir reivindicando y defendiendo nuestros derechos.

Por supuesto, habría que hablar de otras culturas, otros países, como se encuentran y como están esas mujeres,( que siempre las tengo presentes) pero eso, será en otro artículo. 
 
Elvira González.
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