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miércoles, 1 de agosto de 2012

Felicidades, mujer


Mis abuelos tuvieron 4 hijas. Solo la mayor (mi madre) y la pequeña, que ya nació en los 70, siendo mi abuela (a sus 45 años víctima del “método ogino”) supieron rebelarse y aprender que las mujeres tenían otras salidas en la vida, que no sólo servían para atender la casa y los niños, que dos sueldos van mejor que uno, que los hombres también podían cambiar pañales o hacer la compra, cocinar, etc. 

Mi madre porque era explotada en su casa, como la mayor que era se ocupó de ayudar a mi abuela en el cuidado de la casa, de mi abuelo y de sus hermanas pequeñas según iban naciendo. La pequeña, como he dicho nació ya en los 70 y no mamó tanta “homocracia”, vivió feliz los locos 80, pudo hacer su carrera, se puso a trabajar y no entregaba en casa parte del sueldo. Insisto en que eran otros tiempos y la cosa empezaba a cambiar.

Mi madre supo rebelarse, porque mi abuelo era un verdadero cabrón que engañaba a mi abuela, le gustaba el vino y la mayor estaba ahí para llevarse una hostia cuando era necesario. Empezó a trabajar muy joven y entregaba el sueldo íntegro en casa… la verdad es que se me desgarra algo por dentro cuando pienso en la infancia- adolescencia de mi madre.

Mis abuelos siguen vivos y se marchitan juntos “cuidados” por las otras 3 hijas, que realmente son las buenas, las sumisas, las que nacieron, como mi abuela, para complacer a su marido y llevar la casa y a los niños que tuviera a bien mandarle su Dios.

Cuando ellos mueran nadie valorará a mi madre, supongo que ni en la herencia se verá recompensado tanto maltrato infantil como sufrió, queda mucho tiempo atrás. Será la liberada de la familia, la “hippy”, la roja, pero para mí seguirá siendo siempre la mujer que me inculcó unos valores de respeto hacia las mujeres, la que solo dejó de trabajar cuando nació el segundo hijo y cuando éste fue lo suficientemente mayor, volvió a incorporarse al mercado laboral, ya fuera como secretaria de dirección o como reponedora de lácteos.

Escribo esto porque mi madre es la mujer a la que más admiro y porque un día en el calendario se me hace poco para felicitar a tantas y tantas mujeres que en colectividad o individualmente como mi madre han sabido romper las cadenas, liberarse del yugo de los hombres y demostrar que no solo valen para las labores domésticas y criar niños.

Feliz día mamá.

Antonio Isaac Márquez de las Peñas

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