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miércoles, 7 de noviembre de 2012

14N: Una cita con tu dignidad

Todos sabemos que hay motivos de sobra para secundar la huelga del próximo 14 de noviembre. Puede que algunos todavía nos vayamos salvando de los efectos más duros de esta crisis (paro, desahucios, negación de la sanidad pública, etc), pero no podemos olvidar que todos estamos en el mismo barco y que tarde o temprano (si no eres un especulador, un defraudador, un banquero, o un político corrupto) nos llegará el momento de sufrirlos, si es que no lo estamos haciendo ya por el mero hecho de saber que hay tanta gente en situaciones dramáticas. Pero para eso se necesita conciencia social que aunque se va propagando, todavía nos quedan muchos puntos de solidaridad y empatía que alcanzar para sentirnos realmente en el lugar del otro. 

Yo secundaré la huelga, por esa misma conciencia. En mi colectivo somos muy pocos los que seguimos las protestas, a pesar de que, por el momento, no sufrimos la amenaza del despido libre y barato que tiene que soportar la mayoría de la población que todavía sigue en activo, y por ello deberíamos dejar vacíos los edificios públicos que ocupamos salvando los servicios mínimos para atender a los ciudadanos, como único motivo. 

Como digo, ese miedo es la razón por la que temo que mucha gente el 14N decida ir a trabajar, una razón comprensible teniendo en cuenta que conseguir un trabajo ahora es misión imposible y sobre todo si tienes cargas familiares. No todo el mundo quiere correr ese riesgo y no sé si yo, en esa situación, haría peligrar el pan de mis hijos por defender mis derechos y los de ellos mismos. Probablemente me pasaría muchas noches sin dormir intentando saber cuál sería la mejor opción, a pesar de mi rabia. Si no tuviese cargas familiares, por supuesto que la haría. Este es el único motivo por el que, de lejos, entiendo, aunque no justifico, que alguien acuda a su puesto de trabajo un día de huelga: el miedo por los otros que dependen de ti. NINGÚN MOTIVO MÁS. 

Y este miedo tiene dos razones que lo sustentan: 

En primer lugar, existen empresarios que con total impunidad coaccionan a sus trabajadores, de forma totalmente ilegal (la huelga es un derecho fundamental como todos sabemos) bajo la amenaza de despedirles si secundan la huelga. Pero de estos empresarios no se puede pedir más, todos conocemos la calaña a la que pertenecen, y los que todavía no tenemos miedo, estamos luchando por erradicarlos del mapa. 

Pero en segundo lugar, hay que tener en cuenta algo que muchos dejan pasar desapercibido y que para mí es mucho más grave que el primer motivo: la falta de compañerismo. 

Supongamos que en una empresa de 50 trabajadores, 10 deciden secundar la huelga. Puede que el empresario se atreva a amenazarlos con un despido, ya que su acción está avalada por los llamados “esquiroles”, que seguirán produciendo para él mientras reponga plantilla. Pero pensemos ahora en que todos los trabajadores, los 50 en pleno, ese día no van a trabajar. ¿Podría el empresario despedirlos a todos? La respuesta es no. Imposible, no podría permitírselo de ninguna de las formas. Por tanto, estaríamos ante una protección mutua de los trabajadores. Pero para llegar a esto se necesita mucha concienciación, muchísima. Sólo puede perderse el miedo si todos nos mantenemos unidos. Y entonces dará igual cómo sea el empresario: siempre sería vencido. 

Otros empresarios, los pequeños y medianos, dicen que tienen que abrir ese día porque sino no les salen las cuentas del mes. Una huelga se prepara, y aunque en un día de cierre no hay ganancias, los gastos también se reducen. No se pagan sueldos, no se encienden luces, no se consumen productos. Y quizás, dentro de poco, esos mismos negocios tengan que cerrar porque nadie podrá consumir, pero tendrán que seguir pagando enormes impuestos al Estado, cada vez más altos. Y los proveedores también subirán sus precios. Todo será insostenible, todo y para todos. 

Hay otros motivos que se esgrimen para no ir a la huelga: “no la hago porque no quiero seguir a los sindicatos”. Bien, ante este motivo, sólo cabe decir que los sindicatos son los que legalmente pueden convocar un paro del país, pero ello no conlleva que tú les sigas. Sigues la protesta, pero no a ellos, si es verdad que no te gustan. 

Por otro lado, esta huelga está convocada por muchos sindicatos, no sólo los más “odiados”, y por muchos colectivos ciudadanos que apoyan la huelga. 

Otro motivo, “no puedo perder un día de sueldo”. Yo les diría que un día de sueldo no es tan grave, ni mucho menos, como todos los derechos que nos están quitando. A nosotros y a nuestros hijos, nietos y más allá. Seguro que alguien puede dejarte ese dinerito que te restan por el día de huelga si de verdad no llegas a fin de mes por un solo día que te quiten. Me cuesta mucho creer esto (si no llegas a fin de mes por ese día será que te están pagando demasiado poco, luego, haz huelga porque te explotan), y también me parece increíble que nadie pueda echarte una mano si lo necesitas. 

Seguramente, aquellos que consiguieron los derechos de los que disfrutábamos hasta hace poco no tuvieron tanta dudas. Y algunos, incluso, se jugaron la vida. Pero siempre es difícil reconocer el esfuerzo que realizaron otros cuando naces ya con todo arreglado. Sólo ahora estamos viendo la fragilidad de las conquistas sociales, lo poco que pueden durar y que pueden borrarse de un plumazo a golpe de decretos-ley. 

Si seguimos el camino que llevamos, lo más probable es que el día de mañana no tengamos puestos de trabajo que proteger, ni por tanto, días de sueldo que perder, ni tiendas que abrir, ni colegios a los que ir, ni médicos que nos ayuden gratuitamente (hay quién ya no puede acceder a la sanidad pública, no lo olvidemos), ni casas que pagar porque nos las habrán quitado. Nos habrán quitado nuestra vida y nuestro futuro. Y el de las próximas generaciones, y eso será el legado que les dejemos. 

Hay mucho en juego. La decisión es sólo nuestra. 
Cada uno sabe la situación que vive, qué riesgos corre y qué tiene que hacer. 
Quizás si esperamos a que las cosas las cambien otros, ya sea demasiado tarde. 

Tenemos que ser solidarios y respetar a los que luchan y dan la cara por nosotros, así que, como mínimo, vamos a desterrar los comentarios de “total, las huelgas no sirven para nada”, “eres un pringao por jugártela por nada”, sólo por esos trabajadores que van a arriesgar mucho por los derechos de TODOS el próximo 14N. 

Salud compañer@s!

Raquel Ruiz.
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viernes, 26 de octubre de 2012

La sociedad solitaria

Las noticias de la radio anunciaban el hallazgo de un anciano muerto en su cama; era ya esqueleto, no carne… Cuánto tiempo sin que nadie le echara de menos. 

Vivimos en una sociedad en la que nos amontonamos en torres altas con incontable número de vecinos a los que no conocemos ni saludamos en la escalera porque no identificamos su cara o, simplemente, no nos interesa saberlo. 

Es en los pequeños pueblos donde reside la sana diferencia. Quizás esa posible necesidad de otros en casos de urgencia en sitios donde no hay de “todo”, hace que se estrechen los vínculos; que la gente pida favores y regale ofrecimientos. En determinados lugares uno no puede ser autosuficiente y, a diferencia de los animales salvajes, el ser humano no sabe adaptarse a la naturaleza más inhóspita y hostil. La intimidad se pierde en estas aldeas pero a cambio recibes hospitalidad y uno se siente parte de una comunidad. Entonces, volviendo a esos orígenes animales, se necesita del grupo, de la manada. 

Las grandes ciudades, en cambio, roban la identidad de los individuos; les hace a todos iguales o parecidos. Entre semana van de casa al trabajo y del trabajo a casa, y cada fin de semana se reúnen en los mismos sitios compartiendo un ocio inexistente sin consumo, dejándose seguir por la masa, casi sin capacidad propia de decisión; uno disfruta de cosas pero no de uno mismo y, lo peor, necesita del dinero para pasarlo bien. Imposible así conocer si tu vecino de al lado está vivo o muerto, apenas saber que tenías vecino. Y es que uno puede estar solo rodeado de mucha gente que de poca o ninguna, como se puede estar más solo en pareja que sin ella. 

Los urbanitas son en realidad los más dependientes de todos, alejados de los autosuficientes y autodidactas del campo o la montaña. Son los cómodos que quieren tenerlo todo a mano aunque es posible que muchos de esos servicios nunca los usen; esos que olvidan que lejos de las urbes hay una comodidad mejor y menos egoísta. Ahora, en tiempos de crisis, muchos se ven obligados a abandonar la ciudad en la que descubren que nada es suyo y menos sin dinero, para regresar a ese mundo en el que uno come lo que cultiva y viste con lo que él mismo se hace. Algunos se encuentran a sí mismos o se conocen por vez primera y aprenden a disfrutarlo; otros, se creen de paso, pensando que es cuestión de tiempo, pero olvidan que después de una crisis no siempre hay una recuperación; a veces viene el desenlace fatal, el que deja corta a la crisis precedente y que es el que nos amenaza como esos nubarrones que hoy encapotan el cielo... aunque algunos vecinos ya no podrán verlos.

Rosi Legido.
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lunes, 22 de octubre de 2012

Encuéntrale. No le dejes solo.

Una de las cosas más desesperantes es perder a tu animal de compañía y no encontrarle. Muchas personas cometen el error de no buscarle o al menos no hacerlo de la manera correcta o incompleta.
 
El animal necesita ayuda para regresar a casa y no se puede esperar de brazos cruzados a que obre el milagro. Piensa en cómo tiene que estar pasándolo. No le abandones.
En toda búsqueda el tiempo es primordial y juega en contra del desaparecido por eso, debes ponerte en marcha cuanto antes. No esperes a otro día, ni siquiera a otra hora. Actúa cuanto antes.

 
Desde ALAS recomendamos algunos consejos básicos que facilitan el reencuentro con tu ser querido.


Un hallazgo es difícil sin búsqueda intensiva; para ello crea CARTELES. Es importante que el mensaje llegue al público y despierte s sensibilidad. Hazles partícipes, que se impliquen, utilizando palabras como “ayúdanos”, en el que se vean involucrados y entiendan tu necesidad.

Puedes destacar sus cualidades, por ejemplo: castrado o no; mancha en la piel, describir el collar en el caso de que lo lleve y, especialmente, decir que no vale para caza (tentación de robo para muchos, que quieren usarle como instrumento o mercancía para tráfico de animales).

Este modelo puede servirte:


SE BUSCA A (nombre del animal)
AYÚDANOS A ENCONTRARLE
(Foto del animal)

Beagle castrado. No sirve para caza.
Perdido en zona (localidad).
Si le ves cógele, es muy cariñoso; o acude a un veterinario. Tiene chip.
LLAMAR AL (número tlf) 24 horas disponible.
SU FAMILIA LO BUSCA DESESPERADAMENTE

Es importante que destaques en mayúsculas ciertas palabras, como son las que implican la colaboración ciudadana y tu estado de ánimo.

Si además ofreces recompensa, destácalo: SE GRATIFICARÁ ECONOMICAMENTE. No hace falta que se diga la cantidad. Hay gente que se mueve más por ese motivo.

Si es miedoso o tímido, debes indicarlo, y dejar claro consejos como "no correr tras él porque huirá más asustado".


Ten operativo tu teléfono las 24 horas, por eso se aconseja poner dos números, no sea que se te estropee o no estés en la ciudad en ese momento.


Los carteles han de estar bien pegados. Muchas veces nos encontramos carteles destintados, estropeados o completamente rotos, imposibles de leer. No utilices celo convencional, ni únicamente en los extremos del papel ya que los quitarán fácilmente. En su lugar, usa cinta aislante transparente y ancha por toda la foto, es decir, por el ancho y el largo, de manera que rodees todo el cartel con la cinta a la farola, por ejemplo.

Además de en el cartel, apunta el teléfono en tiritas más pequeñas en la parte baja del folio o en un lateral, para que se pueden arrancar. Hay gente que, aunque parezca extraño, sale a la calle sin teléfono móvil y entonces no tiene donde apuntarlo.


DÓNDE PONER CARTELES:
 

A la hora de poner carteles tienes que pensar en los lugares más transitados por personas pero también por tu perro. Es decir, aprende a pensar como un animal, más en concreto como el tuyo. Saber dónde puede acudir en una situación como esa, ayuda a que pongas
los carteles en los sitios correctos donde puedan verlos personas que le localicen.

-en farolas
-en contenedores de basura por todos los lados. Todo el mundo tira basura; así que todo el mundo lo verá.
-el Ayuntamiento
-en colegios, institutos, universidades (fuera y pedir permiso para ponerlo en algún tablón dentro también). Fuera por toda la vaya, no solo a la salida… los alumnos van hacia diferentes calles…
-establecimientos de todo tipo, fuera y también dentro del mismo
-en centros de mayores
-en ludotecas, guarderías...
-parques infantiles donde se hacen fiestas de cumpleaños
-pizzerías...
-centros comerciales
-farmacias
-parques y jardines
-mercados
-centros de salud
-Casa de cultura
-Peluquerías y centros de estética
-gimnasios
-peluquerías caninas
-clínicas veterinarias
-tiendas de animales
-ferreterías y demás...
-Residencias de la tercera edad (fuera y dentro). Las visitas van desde la carretera y pueden haber visto algo y el personal trabajador vive normalmente en el pueblo en diferentes zonas.
-Locutorios
-talleres mecánicos
-Supermercados
-Parques
-Cabinas telefónicas
-Plazas
-farolas
-árboles
-lugares frecuentados por gente con animales como el tuyo
-Zonas de cazadores
-Peñas
-Bares
-Recreativos
-Autoescuelas. los profesores de autoescula recorren varios lugares en coche
-Escuelas de baile
-Academias
-Panaderías
-Tiendas de todo a un euro
-Tiendas de golosinas
-Papelerías
-Estancos, mucha gente va a por tabaco, a por el abono
-Establecimientos de quinielas, loterías
-papeleras
-fuentes (es posible que el animal se acerque a beber y le vean)
-Quioscos o sitios de prensa
-Oficinas de correos y comentárselo a los propios carteros, recorren mucho sitios y es bueno que les ofrezcas los carteles y lo lleven a mano para llamar.
-paradas de autobús (mucha gente espera en ellas) y decírselo a los propios conductores ya que éstos recorren muchos sitios del pueblo y además salen a las carreteras próximos.
-paradas de taxis y taxistas
-barrenderos. Éstos recorren muchas calles como los carteros.
-Protectoras. En las protectoras la gente que trabaja es amante de los animales y estáran más pendientes que nadie.
-en asociaciones especializadas en tu mascota, por ejemplo de cobayas, conejos, animales exóticos, aves…
-perreras municipales
-sitios donde haya comida o huela a comida
-zonas que le puedan ser familiares al animal
-zonas con otros animales. Recuerda que los animales llaman a otros animales y además si está sin castrar puede estar en busca de hembras o machos.
-obras, solares o chalets en construcción donde pueda esconderse y resguardarse.
-zonas que aunque no conozca sean parecidas a tu barrio. El animal puede confundirse y acudir o aparecer en estos lugares.
-polígonos industriales; nave tras nave, además de empapelar la zona.
-descampados pequeños, el campo...
-centros de adiestramiento o residencias caninas de animales.
-en todas las salidas a la carretera desde el pueblo o ciudad.

En muchas carreteras hay sitios en los que puedes acudir como:

-sitios de venta de leña. Entra y ofrece carteles. Muchos son cazadores además… también en las fincas que veas por el campo.
-En picaderos de caballos y demás centros hípicos que están en el campo colindado con carreteras. Muchos además tienen perros.
-viveros. Muchos también tienen perros y los perros llaman a otros perros.
-en todas las fábricas que hay, de muebles, de leñas, de colchones, concesionarios que se ven en la carretera… Los animales van por la carretera o a través del campo hacia esas zonas.
Tanto en un sentido como en otro.

Ofrece carteles a la guardia civil y a la policía. Además es bueno ir al seprona (guardia civil de medio ambiente), al que corresponda tu municipio (si el pueblo es pequeño, las oficinas estarán en otra localidad; aprovecha entonces para ir y dejar carteles en ese municipio, además de a la policía del mismo.

Si tienes la más mínima sospecha de robo, o redes de tráfico de animales, sospechas de algún conocido… coméntalo al Seprona así como a asociaciones especializadas en temas legales animalistas, como Justicia Animal; además de investigar por tu cuenta.

Utiliza las REDES SOCIALES pero no te bases únicamente de ellas. Está demostrad que lo más efectivo es empapelar los lugares y ofrecer carteles. Las redes sociales están saturadas de animales perdidos o robados y la gente no los recuerda, no imprime los carteles… con lo que, en la mayoría de los casos, únicamente valen para decir: "me suena" o "puede que le viera"… pero para entonces el animal ya está en otro sitio o directamente ya no está. Aún así usa las redes sociales y los foros; además de enviar emails con el cartel a todos tus contactos y éstos los reenvíen a los suyos.

No te olvide del resto de medios de comunicación, por lo que puedes hacer un llamamiento en la radio o la televisión. Onda cero por ejemplo tiene un programa los fines de semana sobre animales.


EL BUZONEO: se puede buzonear las casas, según vas pegando, vas buzoneando casas; o lo haces una vez empapelado todo el pueblo. Puedes contratar una empresa de buzoneo (para buzones puedes hacer octavillas en formatos más pequeños) pero se recomienda que lo haga uno mismo porque la empresa de buzoneo puede tirar la mitad de los papeles. Así ahorras dinero y aseguras la calidad del buzoneo.

Al igual que buzoneas casas se puede hacer parabriseado en coches.

Tanto para buzoneo como el pegado de carteles, lo ideal es ir al Ayuntamiento y pedir un plano de la ciudad o pueblo, e ir subrayando calle por calle según vayas poniendo los carteles.

No olvides pedir siempre permiso a la hora de poner carteles en las puertas o paredes de establecimientos o muchos dueños de los mismos los quitarán al salir de sus tiendas. Insistirles que es parte de tu vida y que irás a quitar todos los carteles cuando aparezca, tanto los de sus establecimientos como los de todo el pueblo o ciudad. Una vez encontrado tu animal, lo harás feliz y gustosamente.

Que no quede localidad en la que se perdió sin empapelar. Que todo el mundo haya visto la foto del animal. Puede ser foto en blanco y negro pero que se le vea muy bien. Si es una cobaya, un conejo o una gata tricolor, es mejor en color.

Recuerda ir piso tras piso, chalet tras chalet. Llevará mucho tiempo pero empieza siempre por los principales.
Mucha gente ve a un perro o un gato con collar y asocia incorrectamente: "tiene collar, tiene dueño", y no hace nada por cogerle. Es importante por eso que se empapele toda la localidad.

Por supuesto tendrás que hacer rutas de revisado de cada zona porque los carteles con la lluvia, el sol... se estropean y hay personas que los quitan, además del servicio de limpieza. Ir reponiendo siempre, el tiempo que sea necesario hasta encontrar al animal. Él lo merece.

Tu animal no sabe leer así que comunícate con él directamente: llámale. Llámale a voces quieto en un sitio y después andando despacio por diferentes zonas. Tienen mejor oído que nosotros. Si te oye, que le dé tiempo a llegar donde estés. Llámale y escucha en silencio, no hables, por si estuviera llorando o ladrando en algún sitio retenido o atrapado, y así puedas localizarle. Y sobre todo, no parar hasta encontrarle. No hay fecha de caducidad a la hora de buscar a un ser querido, tienes toda una vida para hacerlo pero empieza ya.


Rosi Legido.



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jueves, 18 de octubre de 2012

El chantaje asiático: El despertar de una nación... matando animales

Se dice que el chino es el idioma del futuro y desde hace años se imparte como idioma cada vez en más colegios españoles. Se comenta también, que China será Nación de Naciones, por eso desde hace años las industrias occidentales trasladan sus fábricas a Asia, especialmente a este país; pero lo que se calla es su ansia de hacer dinero a costa de la vida social y salud de los ciudadanos chinos y ahora, más que nunca, de sus animales. 

Cuando en Occidente imperaba al fin la lógica que obliga a dejar de experimentar con animales en la industria cosmética, debido a lo innecesario y cruel de dichas prácticas; ahora y sólo ahora, muchas de ellas vuelven a hacerlo si quieren comerciar en China. Esta es la cruel condición que pone el país asiático si se quiere vender en el mismo. Occidente se doblega y cede ante dicho chantaje, gustoso de ganar dinero a costa del sufrimiento de aquellos que no tiene voz ni voto. 

La tentación del dinero es tal que los hay que se venden al mercado chino y son los animales los que pagan el precio con su propia vida, una vida llena de terrible sufrimiento hasta su muerte. Este es el caso de empresas como L'Occitane, Yves Rocher, Mary Kay, Avon, Estée Lauder y Caudalie que hasta entonces se consideraban fervientes defensoras de los derechos de los animales. Ya no.

En contra del resto del mundo, la legislación de este país obliga a que todos los productos cosméticos se experimenten en animales. Sólo el año pasado, las ventas de cosméticos en China aumentaron un 18%, lo cual supone un atractivo para aquellos que no predican con el ejemplo, los que se venden por dinero y olvidan que la ética debe estar siempre por encima de cualquier concepto. Para estas marcas, lejos queda el compromiso para con los animales aunque, afortunadamente, otras se mantienen firmes a sus principios y prefieren no ceder al chantaje asiático.

Cientos de millones de animales son utilizados como experimentos de todo tipo. Ratones, conejos, truchas, monos, pájaros, perros, gatos, ratas, cerdos, hámsters, gerbos, vacas, ovejas, reptiles y así una larga infinidad a los que se les provoca enfermedades mortales, virus, alteraciones genéticas, se mata a madres embarazadas, se les provoca descargas eléctricas o privaciones de comida, se les quema vivos, intoxica con gases, humo, ácidos… Se les extirpan glándulas, amputa, se les provoca parálisis, radiaciones o somete a temperaturas extremas y situaciones estresantes… y todo pese a que las pruebas y su resultados sean siempre de dudosa fiabilidad.
 
Lo mismo que un estudio sobre mujeres no puede realizarse sobre hombres, resulta más ilógico si cabe que un estudio humano se realice sobre otra especie animal. Quienes lo defienden, haciendo oídos sordos a sus muchas alternativas, hablan del disfrutar de la vida aunque para ello otros tienen que morir terriblemente; pero incluso la experimentación animal se da en campos como la psicología o la cosmética.

Estudios de población permiten demostrar el mecanismo de transmisión del SIDA; los epidemiológicos descubren la relación entre fumar y cáncer; los realizados in Vitro de cultivo celular y de tejidos son perfectos para probar diversos productos y vacunas; y aquellos realizados sobre voluntarios humanos, sirven para estudiar enfermedades mentales. Ante tanta alternativa eficaz, resulta estúpido y sanguinario que sigan manteniéndose los anteriores.

La economía oriental florece y es gracias a Occidente. Se sabe que hacen productos de dudosa calidad e, incluso, seguridad; pero aún así se consumen en grandes cantidades. Pequeños negocios de otra nacionalidad, se ven obligados a cerrar ante la imposibilidad de competir con los horarios de las famosas tiendas chinas de todo a un euro; pero el españolito prefiere comprar mucho, barato y de mala calidad, olvidándose que tras muchos de esos productos hay un vacío de derecho animalista y humano, a los que son sometidos sus trabajadores. Por si fuera poco, multinacionales españolas como el grupo Inditex, han trasladado desde hace años la producción de sus tiendas al gigante amarillo donde fabrican a bajo coste. Quien ve en China su negocio, sea lo que sea que fabrique, no merece el respeto de aquellos con sentido de la ética.

No cuesta nada dedicar tiempo a leer las etiquetas y su “made in…”. Resulta de urgente necesidad aprender a consumir menos, pero mejor; y, sobre todo, apoyar a las empresas que mantienen su compromiso de no experimentación animal. Las pequeñas elecciones de cada día, son la gran diferencia para la vida de los animales. No olvides que la presión de los consumidores, de los ciudadanos, es lo que marca la diferencia.

Rosi Legido.
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martes, 25 de septiembre de 2012

Recuerdos y Reflexiones

Estoy frente al teclado, la pantalla en blanco emulando el horror del vacío, el terror de la nada; al contrario que mi mente, llena de ideas que pugnan por salir, ideas rebeldes, insidiosas, indisciplinadas. Ideas provocadas por los acontecimientos de los últimos tiempos o tal vez… tal vez de tiempos no tan recientes… 
 
Tengo sesenta y dos años y mucha vida pasada ya vivida. Lucha clandestina contra el régimen, muerte del dictador, renacimiento de la esperanza, primeras elecciones libres y comienzo de la tan ansiada democracia. 

 
Comienzo de una trampa mortal en la que hemos caído sin darnos cuenta de lo que lentamente estaba sucediendo.

 
Tras aquellos primeros tiempos de “libertad”, de euforia imposible de contener, los ánimos se fueron calmando, ya podíamos elegir a los representantes del pueblo, ya podíamos expresar nuestras ideas y leer lo que quisiéramos. Había desaparecido la censura.

 
Era tiempo de relajarnos, de dejar a nuestros representantes legal y democráticamente elegidos que tomaran las decisiones por nosotros, para eso los habíamos votado ¿para qué otra cosa sino…?

 
Renació con fuerza el espíritu asociativo, las casas del pueblo…
Los ciudadanos comenzamos a ser participativos, a tener voz y voto en ciertas decisiones, o eso parecía…

 
Nuestro nivel de vida comenzó a cambiar, empezamos a tener cosas que ni siquiera habíamos soñado. ¡¡ Lo logramos ¡!
¿Lo logramos?

 
Nuestros representantes, cada vez pensaban menos en el pueblo. Nuestros representantes democrática y legalmente elegidos, comenzaron a olvidarse que estaban a nuestro servicio; la oligarquía política comenzó a ser autónoma y comenzó a enriquecerse pasando por encima de ética y leyes, leyes que ellos mismos modificaban a su antojo.

 
El pueblo soberano se durmió, el periodo de bienestar conseguido nos cegó, muy hábilmente el estado fue administrándonos los sedantes que lentamente fueron debilitando nuestra voluntad y nuestra capacidad de percepción.

 
No nos percatamos ofuscados por nuestro recientemente adquirido estatus de nuevos burgueses, que una sombra despiadada lo iba invadiendo todo, cada vez adquiría más poder, infiltrándose como un cáncer en los más delicados y vitales tejidos de nuestro cuerpo social. 

 
Ese cáncer tiene nombre se llama: Neoliberalismo, capitalismo salvaje y su síntoma principal es el desprecio absoluto por el ser humano; otro síntoma importante es la especulación feroz, no importa quien caiga, no importa qué pueblos enteros mueran de hambre si eso engrosa sus carteras. 

 
Ese cáncer brutal ya hace mucho tiempo que invadió a nuestros sucesivos gobiernos. La vitalidad del pueblo, aún sano, cada vez le fortalecía más.
Pero cuando el cáncer ya comenzó a producir estragos en nuestro cuerpo, las cosas cambiaron…

 
El tumor tenía que seguir creciendo, los tejidos infectados necesitaban recursos frescos para poder seguir creciendo. 

 
Por lo que banqueros y especuladores, decidieron desenmascararse y aplicar su “solución final” consistente en lo que todos ya sabemos: 

 
Desangrar a la única fuerza realmente viva que existe; la única fuerza capaz de cambiar las cosas… ¡al pueblo!, a la enorme potencia y los grandes recursos que proporcionan los trabajadores asalariados, los autónomos, los pequeños empresarios, los funcionarios, los estudiantes, los enfermos, los jubilados…

 
Pero recordad: nosotros somos los sanos, ellos son el cáncer. Nosotros tenemos la fuerza y lo mismo que ellos nos emplean para seguir creciendo, todos unidos podemos asfixiarlos, ellos tienen los recursos, nosotros la fuerza y la razón.

 
Por suerte y a modo de sistema inmunitario adormecido con inmunosupresores, estamos despertando.

 
Compañeros, no podemos desfallecer, hay que combatir a este cáncer particular que nos aqueja, se llama PP y es altamente maligno.

Salud, Justicia y libertad.
                                                                                                                  A. Plaza.
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miércoles, 1 de agosto de 2012

Felicidades, mujer


Mis abuelos tuvieron 4 hijas. Solo la mayor (mi madre) y la pequeña, que ya nació en los 70, siendo mi abuela (a sus 45 años víctima del “método ogino”) supieron rebelarse y aprender que las mujeres tenían otras salidas en la vida, que no sólo servían para atender la casa y los niños, que dos sueldos van mejor que uno, que los hombres también podían cambiar pañales o hacer la compra, cocinar, etc. 

Mi madre porque era explotada en su casa, como la mayor que era se ocupó de ayudar a mi abuela en el cuidado de la casa, de mi abuelo y de sus hermanas pequeñas según iban naciendo. La pequeña, como he dicho nació ya en los 70 y no mamó tanta “homocracia”, vivió feliz los locos 80, pudo hacer su carrera, se puso a trabajar y no entregaba en casa parte del sueldo. Insisto en que eran otros tiempos y la cosa empezaba a cambiar.

Mi madre supo rebelarse, porque mi abuelo era un verdadero cabrón que engañaba a mi abuela, le gustaba el vino y la mayor estaba ahí para llevarse una hostia cuando era necesario. Empezó a trabajar muy joven y entregaba el sueldo íntegro en casa… la verdad es que se me desgarra algo por dentro cuando pienso en la infancia- adolescencia de mi madre.

Mis abuelos siguen vivos y se marchitan juntos “cuidados” por las otras 3 hijas, que realmente son las buenas, las sumisas, las que nacieron, como mi abuela, para complacer a su marido y llevar la casa y a los niños que tuviera a bien mandarle su Dios.

Cuando ellos mueran nadie valorará a mi madre, supongo que ni en la herencia se verá recompensado tanto maltrato infantil como sufrió, queda mucho tiempo atrás. Será la liberada de la familia, la “hippy”, la roja, pero para mí seguirá siendo siempre la mujer que me inculcó unos valores de respeto hacia las mujeres, la que solo dejó de trabajar cuando nació el segundo hijo y cuando éste fue lo suficientemente mayor, volvió a incorporarse al mercado laboral, ya fuera como secretaria de dirección o como reponedora de lácteos.

Escribo esto porque mi madre es la mujer a la que más admiro y porque un día en el calendario se me hace poco para felicitar a tantas y tantas mujeres que en colectividad o individualmente como mi madre han sabido romper las cadenas, liberarse del yugo de los hombres y demostrar que no solo valen para las labores domésticas y criar niños.

Feliz día mamá.

Antonio Isaac Márquez de las Peñas

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sábado, 28 de julio de 2012

Con los autónomos en Sol

No soy autónoma. No tengo una pequeña empresa. Tampoco una pyme o mediana empresa. Pero les entiendo. Y sé, como muchos, que son ellos el motor del crecimiento económico, los que emplean (o empleaban) al 80-90% de nuestra población. 

Por eso hoy me he unido a ellos en la concentración convocada en Sol. 

En ella, dos miembros de la Asociación de Desempleados ADESORG (http://adesorg.blogspot.com.es/tomaron la palabra. 

Uno de ellos habló de varios puntos que considero que deben saberse: 

- Hay una huelga de hambre de autónomos, QUE NO ESTÁ SALIENDO EN LOS MEDIOS, frente al Congreso de los Diputados. Llevan ya varias semanas de protesta por las medidas que el Gobierno está adoptando y que les está ahogando. 

- Se reunieron con el máximo responsable en materia de autónomos del Ministerio de Trabajo, tras una espera de 20 minutos. Cuando por fin esta persona les atendió, ante la pregunta de los representantes de los autónomos de "¿Sabe usted cuánto paga un autónomo?", el respondió, dudando "Pues... unos 150 euros, ¿no?". Lo cual, a mi parecer, da una idea bastante clara de la ignorancia y la desidia del gobierno que tenemos, y de sus secuaces, de conocer la situación de los ciudadanos del país que mal dirigen.

En esa misma reunión, los representantes de los autónomos avisaron de que si las cosas siguen así, si las medidas adoptadas siguen en pie o empeoran, habrá un millón más de parados provinientes de sus empresas. Cada autónomo emplea a una media de 2,5 personas. Si estos negocios cierran, está claro que aumentará el paro. Y está pasando porque su situación es absolutamente INSOSTENIBLE.

- Habló también de esa promesa incumplida del Gobierno de no tener que adelantar el IVA de las facturas aún no cobradas. No es solo eso, sino que, en la situación actual, siguen pagando un recargo del 20% si tardan más de dos días en efectuar su pago. 

- Dejó claro que ellos son los que emplean a tanta gente en este país. Ellos son los que encauzan el talento de las personas, que aprovechan su formación. 

- Habló de la desunión que provoca nuestro Gobierno por miedo a que toda la población se levante contra ellos. Pero se está fraguando una HUELGA GENERAL para septiembre, de todos los colectivos unidos, la misma fecha, de trasporte, de funcionarios, autónomos, etc, para PARALIZAR EL PAÍS. Como siempre, nosotros decidiremos, llegado el momento, secundarla o no.

Fue una intervención llena de rabia pero a la vez de esperanza, de ánimo por luchar por lo que es nuestro y nos están arrebatando. 

La siguiente persona que habló nos contó que había trabajado en muchas cosas, que tenía un curriculum muy amplio y que ahora había decidido trabajar por su cuenta como autónomo. De esa experiencia, cómo no, recibió sabiduría. 

Volvió a instarnos a unirnos, a NO COMPETIR, SINO A COLABORAR, nos avisó que lo que intenta el gobierno (y que muchos sabemos) es dividir a la sociedad porque saben que juntos podemos con ellos y podemos dejarles sin un poder que nos manipula día a día. Pero es nuestra decisión.

También habló del próximo rescate. Y dijo, claramente, que nos habían vendido, que habían malvendido España por el módico precio de 300.000 millones de euros. Nuestro PIB es de dos billones. 

Invitaron a hablar a quien quisiera hacerlo, pero no salió nadie más.  En definitiva, el discurso de estas dos personas me hizo ver que las cosas están mucho, mucho peor de lo que pensamos. Creo que es importante asistir a las concentraciones y movilizaciones convocadas por todos los colectivos, aunque no sea el tuyo. Creo que, de boca de los propios afectados, es la mejor forma de conocer la realidad que están viviendo los diferentes sectores de nuestra sociedad.

No hay otra salida que movilizarnos. Que secundar todos los medios de protesta que se pongan a nuestro alcance. Manifestaciones, huelgas, concentraciones, difusión por todos los medios que podamos de la realidad que vamos conociendo. 

NO HAY OTRA SOLUCIÓN. Tenemos que decirles que no queremos este Gobierno. Que si están ahí es porque han sabido ENGAÑAR a 10 millones de personas vendiéndoles humo. Que no queremos una Europa donde existen tantas desigualdades y que nos oprime hasta quitarnos la última gota de sangre solo por rendir cuentas a unos intereses que no son los nuestros, sino los de los mercados y esas grandes fortunas.

Me gustaría pedir desde aquí, en la medida de lo posible, que consumáis en pequeñas y medianas empresas, al menos así podremos apoyarles en algo. NO PODEMOS DEJAR QUE DESAPAREZCAN. En ellas reside parte de la esperanza para recuperar la economía de nuestro país. Y son ellos los perseguidos, no las grandes empresas, que defraudan, que pagan menos impuestos, que tienen grandísimos beneficios a costa de la precariedad laboral. 

Es una labor que debemos hacer todos, apoyar y colaborar, no competir. No es momento para eso.

Raquel Ruiz

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viernes, 27 de julio de 2012

Las hijas de Eva


Según el Antiguo Testamento fue Eva la primera mujer en desafiar a Dios. ¿Como osaba quien nació de la costilla de un hombre ser un hueso duro de roer ante una divinidad?

Eva, que amaba lo humano más que lo divino, fue la primera esclava. Pero fue también, aunque no lo contara la pluma del hombre en sus libros, la primera revolucionaria.

Ella, que era única, porque nadie decía lo contrario, mordió seguramente con más rabia que miedo, la manzana prohibida, del árbol prohibido, en acto de rebeldía prohibida, por quienes mandaban.

Dios, que entrenaba castigos para Sodoma y Gomorra, descifró el conjuro del parto con dolor. Y como juez supremo condenó a la mujer para la eternidad.

No cuentan los libros de hombres, la cara que puso Adán ni Dios. Ni tampoco dicen si allí, debajo del árbol prohibido existe un letrero que reza:

< Aquí mordió Eva la manzana que se le atragantó al hombre>

Ya en la Tierra de los mortales, las hijas de las hijas de Eva no sufrieron mejor suerte que la que Eva experimentó en sus primeros años. Peor que el parir con dolor era soportar las leyes sagradas  del hombre.

Y algunas prefirieron ser Evas que esclavas. Huesos firmes que costillas de Adán.
La Historia: Cuenta; aunque parezca muda.
Y la Historia: Canta; aunque no tantos bailen esa música que duele y escuece.

Lisístrata estaba harta de tanta guerra. Y de tanto sin sentido. Dicen los libros que se declaró en huelga 400 años antes de Cristo.
Que mientras siguiera la guerra sus piernas eran una cruz.

Y proclamó así su rebeldía. Poco o ningún caso le hicieron al principio. Y ella siguió en sus trece. Y Fueron dos. Luego tres, y así hasta que muchas más mujeres cerraron piernas al hombre.

Dijo:
-         Si él me obliga, no me entregaré.
-         Seré tan fría como el hielo y no lo moveré.

Y así, ese hielo de mujer, apagó el fuego de la guerra sin más alaridos que los de placer; cuando cada hombre volvió de la batalla, a su mejor trinchera.

Hablaron las piernas y se calló la guerra.

Como era noble tenía derecho a ser Lady. Y ella fue más que la esposa de un señor. Lady Godiva, tenía el privilegio también de ser hermosa. Y la virtud de ser humilde. Mitad leyenda mitad verdad, cuentan las letras inglesas que discutía con su marido sobre justicia, mientras el pueblo se ahogaba por la horca de los impuestos.

Para que su marido aflojase el nudo que exprimía a los que no tenían más que exprimirse, ella, muy mujer, aceptó caminar por las calles de su pueblo sin más ropa que sus largos cabellos y más pies que los de un caballo.

Y a modo de apuesta y fantasía sexual desfiló sola, por un pueblo vacío ante nadie y por todos. Según la leyenda, el mirón miró. Y se quedó ciego. O igual fue mudo.

Nadie sabe qué pensó ni que sintió al trote lento del caballo. Si por una vez en la vida reconoció a la libertad por mirarla a la cara. Si soñó con encontrarse, en alguna esquina, con otro caballero con quien compartir la verdad de la libertad, el amor y la justicia.

Quién sabe si esa fue la Dulcinea de Don Quijote. Si él supo de la historia y la buscó infatigablemente por campos de la Mancha.

Quién sabe si él, otro enamorado de la libertad, cabalgó desnudo a lomos de Rocinante soñando con sus cabellos al viento. Quién sabe algo en la santa locura de la libertad.

Juana de Arco fue duro hueso más que costilla. No se sabe si escuchó a Dios entre un gentío de hombres o las voces que su cabeza repetían eran sólo la conciencia de mujer prohibida que hablaba.

Sea como fuere, en el siglo XV que una mujer capitanease un ejército para liberar a un país y además escuchase a Dios no era agrado para la burocracia de los ministros de la divinidad.

Antorcha en mano y frente a un público sediento de espectáculo comenzó el acto. Caminando lentamente, aquella mujer que parecía un hombre,  llevaba una nota pequeña que decía: «hereje, reincidente, apóstata, idólatra». Al escribano se le olvidó dibujar también la palabra: <Mujer>; de eso también se le acusaba, en nombre de Dios.  Por extraño que parezca, sus torturadores y violadores en sus días de encierro, se perdieron entre la multitud y no fueron juzgados. Desde un sillón de oro verían la obra. Hombres caníbales que devoraban hasta los huesos.

La Iglesia que hizo no fue la Iglesia que fue. Y años después de apartar las cenizas de las mentes herejes de las plazas de los pueblos, dijeron que igual, que no saben cómo, que fueron errores de papeleos, que la purificación de la Doncella fue un error.

Y a modo de redención, años después se reabrió el caso. Ahora herejes fueron los verdugos y la condenada a arder tiempo después recibió el agua para apagar las llamas. Un poco tarde dijo alguno. Y lo dijo con la boca chica, no fuera que le escuchasen los que…

La misma Iglesia que la condenó, ya en el siglo XX la hizo beata y santa. Y Francia levanta estatuas en su nombre; ahora que calla y es de mármol.

Y ella, la Juana muy Juana, digan lo que digan seguirá oyendo lo que le dé la gana oír.
Rebelde fue. Y no habrá fuego que la calme.

Otra Juana, la I de Castilla cuando era obediente y loca cuando estalló en rebeldía, trajo más de un dolor de cabeza.

Pero ella sabía que no estaba loca. Como mujer, se habló y se dijo; tenía derecho a exigir fidelidad y amor del matrimonio. Tarde supo que el matrimonio era la condena de la mujer y el derecho de poseer del hombre.

Su marido, Felipe I de Castilla cuando gobernaba, y el Hermoso en las noches de gobiernos, era aficionado al cuerpo de mujer fuera del matrimonio; simpático acto que despertaba sonrisas entre los varones de su corte.

Se dijo de Juana muchas cosas: Que había enloquecido, que no era la misma, que los nervios se  habían apoderado de ella, que estaba sucia y no se lavaba. Nadie escuchaba cuando ella decía. Sufría de amor como una adolescente. Enfermedad pasajera e inevitable de la vida, aunque ella enfermó un día y no se curó nunca.

Tenía apenas 30 años cuando su padre, remedio en mano, la encerró en Tordesillas donde había presos pero no cárcel; había palacio.

Y allí pasó 46 años encerrada y presa de su amor no correspondido. Vestida de negro durante todo el tiempo y desnuda de cariño. Y estuvo porque habló sin reparo, con más corazón que razón sobre sus derechos como esposa y el firme convencimiento de no ser engañada para ser correspondida.

La loca la llamó la Historia.
Bella histeria la de quien nunca calla por amor.

Hace 28 años la Unesco declaró que era patrimonio de la humanidad su suelo. El Taj Majal: bello por fuera y bello por dentro.

Es un palacio romántico. Según la historia, el emperador mongol Sahah Jahan mandó construir a uno de los mejores arquitectos de la época esta obra, para ofrecérsela a una de las mujeres que poseía con título y todo.

La  construcción costó años, y el sudor de 20.000 obreros que sólo sus familias recuerdan.
Seguramente,  alguna  una mujer de obrero, soñó que aquel palacio era suyo también; mientras cuidaba a su marido del agotamiento físico. Seguramente algún obrero sin nombre, alguna noche, después de hacer el amor ofreció el Taj Majal a su mujer, en el silencio oscuro, y al oído. Probablemente alguna viuda dejó en la construcción aquel gigante que asombraba al cielo mientras las manos callosas lo sujetaban.

De ellas la historia no sabe; no recuerda; y si se pregunta, nadie responde.
Pero fue y como fue: Es.

Marie Curie no fue vista con buenos ojos. Una mujer que se hacía preguntas no era una mujer que servía.

Ella solita sin ayuda de hombre alguno, se encargó de responder lo que pudo y le dejaron, y no lo que quiso, a las respuestas que en su mente daban vueltas.

Y estudió la radioactividad entre muchas más preguntas.
Y recibió dos premios nobeles.
Y fue la primera mujer en enseñar en la Universidad de París gobernada por hombres.
Y a pesar de los que nunca creyeron en ella y se beneficiaron de lo que ella descubrió, murió como mujer, y siendo mujer se preguntó, pensó, y respondió mil dudas.
Y su trabajo le dio vida. Y su trabajó la mató.

Rosa Parks fue una Eva negra. Igual de negra nació como igual de negra se murió.
El 1 de diciembre de 1955 dijo que no; que no cedía su asiento de bus a ningún blanco. Que ella tenía derecho por convencimiento y daba igual lo que dijera un chófer racista. Y la insultaron. Pero no se levantó.

Y aquella chispa en la tormenta desencadenó un incendio que no se podía apagar con agua. Ni con porras. Y muchas más quisieron ser Rosa Parks en cualquier autobús.

Ella se fue directamente a la cárcel. Donde curiosamente la estadística decía que había- y hay- más negros que blancos.

Un año después, en 1956, la Corte Suprema norteamericana decidió que si las Rosas Parks querían sentarse, tenían el mismo derecho que cualquiera.

Ella lo supo un año antes. Y era mujer. Y negra.

Y Dios expulsó a Eva del paraíso.
Pero igual fue ella quien se quiso marchar
contra el viento y masticando rebeldía.
Y Adán fue detrás.
Aunque contara en el bar una historia distinta.

Daniel Hostile.
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