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sábado, 16 de noviembre de 2013

La Comuna. Prólogo.


Llenos de inmensa satisfacción y eterna humildad nos cobijamos a la sombra de la estrofa, en la que por siempre ha palpitado el dilema del ser y no ser:


“Lo Que No Se Puede Decir, No Puede Ser Creado Por La Comunidad”.

“Lo Que Una Vez No Es, Nunca Puede Ser: Como Lo Que Una Vez Es, Jamás Podrá Dejar De Ser”.
Trincado.

Nuestro sistema actual está colapsado, moribundo, y abarrotado de falacias. Su autenticidad se perdió en su propio camino echado a andar, producto de su propia supremacía. 


De manera tenaz y sin contrariedades, nos vemos inclinados a expresar con amor verdadero y puro los cambios de paradigmas posibles y tangibles; con la certeza, la propiedad y el despertar de conciencia debido, que los hechos mostrados a través de estas últimas décadas confirman con imperiosa necesidad y agobiante urgencia, la aparición de una Fórmula De Oro en respuesta a la gran incógnita cuyo latido gigantesco se oye en las entrañas de nuestra Madre Tierra. ¿Cómo podemos cambiar verdaderamente nuestro planeta?.

En estas breves y cortas líneas de introducción no podemos ni debemos, con absoluta claridad de conciencia y con excepcional fe de convicción, consentir el Fausto virtual de encerrar en las sombras del olvido, nuestro tan anhelado sueño. 

Finalmente dejamos constancia de nuestra motivada introducción, el deseo ferviente de un “Mundo Mejor Es Posible”.

Martín Rodríguez Larrazabal.
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miércoles, 6 de noviembre de 2013

Madrid se hunde en su M

A las 24 horas del 4 de noviembre comenzó la huelga indefinida de barrenderos y jardineros.

¿Sus razones? Enfrentarse a los EREs de las empresas contratadas por el ayuntamiento para llevar a cabo sus servicios y que conllevarían el despido de 1144 trabajadores.

Las negociaciones no van bien. Al parecer, las empresas pretenden rebajar a unos 950 los despidos a cambio de cargar en los sueldos de los trabajadores que quedasen en activo la diferencia de costes. Es decir, rebajar su salario a menos de 700 euros al mes y aumentar su jornada de 35 a 40 horas, lo cual no fue bien visto por los sindicatos que lo tacharon de ofensa. Normal.

La manifestación que precedió a la huelga indefinida fue de órdago. Los barrenderos, jardineros y ciudadanos, no nos olvidemos de nosotros mismos, se manifestaron de forma “inolvidable” para muchos.

Quizás esta huelga se esté notando mucho más que otras. Las de Educación las sienten los que tienen hijos, maestros y poco más (según tu conciencia); las de Sanidad, los profesionales y enfermos (de nuevo según tus inquietudes); pero las de los servicios de limpieza y jardinería llegan al corazoncito más tierno, incluso al más acostumbrado a mirar hacia otro lado “porque las cosas no van con él”. La mierda, en definitiva, la ve todo el mundo.

Pues ha llegado el momento de que un colectivo nos haga caer en la cuenta de lo que está pasando. A todos, a los que todavía no les ha llegado “el momento” y a los que ya son conscientes de ello. Este es sólo un ejemplo de lo que conlleva la externalización de los servicios públicos y la mala gestión de las empresas en cuyas manos caen. Es una consecuencia más de lo muy poco que les importamos a nuestros dirigentes, esos que juegan a administrar los recursos que nosotros mismos les damos con nuestro trabajo para luego dejarnos desnudos, para robarnos (la corrupción se lleva el 1% del PIB de España), porque les da igual que un millar de personas se vayan al paro y tengan hijos, hipotecas o alquileres, vidas que necesitan sustentar con un trabajo, al que todos deberíamos tener derecho como ciudadanos.

Por eso admiro y comparto la lucha de estos trabajadores y nunca creí que ver Madrid tan plagada de basura fuese algo tan importante por su simbolismo, por lo que significa, porque cada bolsa de basura no recogida debería hacernos pensar en el rumbo de desastre que está tomando nuestro país.

ÁNIMO.

Raquel Ruiz.
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