La Ley antitabaco no deja conforme a todo el mundo, principalmente a los fumadores activos, pero recibe las felicitaciones del resto de la población que es la mayoría y se ven obligados a ser fumadores pasivos (en España, un 35% de los habitantes son fumadores activos, y el 65% está expuesta al humo del tabaco de manera involuntaria. Así mismo, el 50% de los niños españoles son fumadores pasivos, según datos de la Asociación Española Contra el Cáncer).
Ser fumador pasivo supone más que soportar el mal olor de la ropa o del pelo. El tabaquismo pasivo favorece el desarrollo de enfermedades y, además, mata. El tabaco perjudica mucho más a este tipo de personas que son aquellas expuestas a los efectos de aire contaminado por el tabaco que se fuma otro. El humo que respiran los fumadores pasivos no está filtrado por lo que los niveles de sustancias cancerígenas son más altos que las del humo inhalado directamente por el fumador activo, aunque lo respire poco tiempo. Así pues, los fumadores pasivos tienen un 80% más de riesgo con respecto al resto.
Ser fumador pasivo supone más que soportar el mal olor de la ropa o del pelo. El tabaquismo pasivo favorece el desarrollo de enfermedades y, además, mata. El tabaco perjudica mucho más a este tipo de personas que son aquellas expuestas a los efectos de aire contaminado por el tabaco que se fuma otro. El humo que respiran los fumadores pasivos no está filtrado por lo que los niveles de sustancias cancerígenas son más altos que las del humo inhalado directamente por el fumador activo, aunque lo respire poco tiempo. Así pues, los fumadores pasivos tienen un 80% más de riesgo con respecto al resto.
La nicotina es la sustancia más conocida del tabaco pero un cigarrillo contiene miles de componentes tóxicos como son nitosaminas, alquitrán, naftalina, aminobifenil, cadmio, cloruro de viniloenos o cadmio, entre otros.
A corto plazo los efectos más inmediatos del tabaco son la irritación de ojos y de garganta, mareos, náuseas o dolor de cabeza. Además provoca mal aliento, amarillea los dientes y las uñas, deteriora el olfato, disminuye el gusto, envejece prematuramente la piel favoreciendo las arrugas y manchas, disminuye la resistencia en el ejercicio, provoca impotencia sexual y anticipa la menopausia.
Asimismo, de sobra son conocidas sus otras consecuencias más graves como problemas circulatorios, de apoplejía, enfermedades respiratorias como asma o la enfermedad de EPOC; angina de pecho, infarto de miocardio y cerebral, arterioesclerosis, hipertensión, cáncer de pulmón de laringe, boca, faringe, esófago, de mama, de colon e, incluso, de páncreas o de vejiga urinaria.
Los componentes del tabaco viajan a través de la sangre, por eso alcanzan muchos órganos diferentes. Además, cabe destacar que una persona que deje de fumar durante años puede presentar una enfermedad oncológica diez años después ya que su período de inducción es mayor; todas estas graves consecuencias afectan a las personas y también a los animales. En el caso de embarazadas, los fetos y los niños, los problemas se agravan; por eso en los lactantes, el tabaquismo de los padres puede desencadenarles una muerte súbita.
Las repercusiones en el medio ambiente son también destacables, la explotación de la planta del tabaco ocurre principalmente en países de desarrollo y provoca una elevada contaminación especialmente en el tratamiento del secado de la hoja para el que se usa gran cantidad de madera (por cada kilo de hoja de tabaco son necesarios 150 kgs aproximadamente de manera, es decir, más de 50 árboles de unos 20 años). Todo esto se ve acompañado de talas indiscriminadas, incendios intencionados… y una terrible deforestación.
Como sucede con la industria cárnica y las granjas industriales de animales, la industria del tabaco contamina enormemente debido a que requiere gran cantidad de abonos y pesticidas; afectando, además, a la flora y fauna de la zona.
Por tanto, fumar tiene repercusiones en la propia salud y en la ajena, en la economía y en el medio ambiente (fauna y flora).
Con todo esto, el debate a favor y en contra de la nueva ley antitabaco, ofrece posturas muy diferentes.
1- Argumento en contra de la ley antitabaco: Es un negocio. Si el Estado no quiere que la gente fume que prohíban la venta del tabaco. Gana dinero a costa de los impuestos del tabaco. Para generar más ganancias la industria tabacalera se asegura el consumo, captando el mayor número de clientes posibles que no pueden dejarlo con facilidad porque es una droga que genera dependencia. La ley ha prohibido también la venta de tabaco en los bares. Es una ley contra el negocio hostelero.
1- Argumento a favor de la ley antitabaco: El tabaco causa problemas económicos en la sociedad, como es el dinero invertido en programas de apoyo a enfermos por tabaquismo; además de pruebas, operaciones y tratamientos médicos o costosas investigaciones sobre el tratamiento de estas enfermedades producidas por el tabaco. Esta financiación se lleva a cabo en algunos países con el dinero de parte de los impuestos obtenidos por la producción y venta del tabaco. No hay que olvidar las bajas laborales de personas afectadas por el tabaco y la consecuente disminución de la productividad o la contratación eventual de personal.
2- En contra: La Federación Española de Hostería hizo un estudio sobre las pérdidas que supondrá en la hostelería. La gente dejará de salir a comer, cenar o tomarse una copa. Nos quedaremos en casa y no saldremos. La mayoría de la clientela de bares es fumadora.
2- A favor: La mayoría de la población no es fumadora. Numerosos países han aprobado esta ley con anterioridad y la gente sigue saliendo a los bares, restaurantes… disfrutando del ocio. Esto supone además que aquellos que no estaban dispuestos a aguantar el humo siendo fumadores pasivos, ahora se unan a ese consumo hostelero; los fumadores pueden seguir acudiendo a bares y fumar en sus terrazas o fuera; de la otra manera se obligaba a los no fumadores a serlo también o quedarse en casa.
El Comité Nacional de Prevención del Tabaquismo demostró que una de las principales tabacaleras es uno de los patrocinadores de la Federación Española de Hostelería, con lo que en realidad se defienden los intereses de estas, no de los empresarios. Los estudios del Comité Nacional de Prevención del Tabaquismo han demostrado que los locales libres de humo no están haciendo que baje el consumo en la hostelería; es algo que se lleva comprobando desde hace años cuando se ofrecía la opción de ser un espacio libre o no de humos: la mayoría de locales de comida rápida optaron por prohibir fumar y su facturación aumentó entre 2005 y 2008. Algunos ejemplos son Irlanda o Italia; y en países como los Estados Unidos, Nueva Zelanda o Australia intentan además que la gente autorregularice el hábito del tabaco en los hogares.
La iniciativa HELP, por una vida sin tabaco, de la Unión Europea; demuestra que un camarero expuesto al tabaco en su trabajo registra unos niveles de nicotina equivalentes a la persona que fuma cinco cigarros al día. De este modo se respetará la salud de los mismos, y el empresario ahorrará dinero gracias a que no supondrá absentismo laboral por la baja de sus empleados por problemas derivados del tabaco. El sector hostelero irlandés aceptó la norma sin problemas y es un país comparable a España en el porcentaje de consumidores de bares (habiendo algunos consumidores más en él que en España).
Los datos revelan que cuando en el 2004 se prohibió fumar en los bares y restaurantes irlandeses, aumentó el número de personas ocupadas en el sector hostelero lo que supuso una mejora de los costes laborales para los empresarios. En su día, otros argumentos a favor de fumar en el transporte público, ahora prohibido, aseguraban que los fumadores optarían por el uso del coche provocando más contaminación y se ha demostrado que no ha sido así.
3- En contra: Podría hablarse de manera pacífica y llegar a otra solución.
3- A favor: Pocos son los fumadores que apagan un cigarro si se les pide que lo hagan, por eso mismo pretenden que los no fumadores no entren en los bares en lugar de fumar ellos fuera y entrar después. Ante todo se vela por la salud de todas las personas y que actúe la ley es la manera más pacífica; la única solución de hacerlo es no fumar delante de los demás en espacios públicos.
4- En contra: Es una prohibición y una falta de libertad. Tenemos los mismos derechos que los demás. Cada uno en su restaurante puede hacer lo que quiera. El estado no puede legislar el comportamiento individual de cada uno.
4- A favor: El primer derecho es el de la vida. Lo que haga cada uno con su salud es cosa suya pero cuando implica a los demás es otro asunto. Cada uno es dueño de su vida e incluso si quiere enfermar los demás pagaremos con los impuestos sus tratamientos, pero no se puede tolerar que quiera además atentar contra al salud de los demás.
Las leyes son prohibitivas y nadie se queja porque obliguen a un motorista o a un obrero a llevar casco, cuando únicamente en caso de accidente les va a afectar a ellos y no a los demás. La ley no impide que cada uno fume pero sí que respete los derechos de los que no quieren fumar.
Hasta ahora la ley prohibía fumar en el trabajo pero se olvidaba de los trabajadores de hostelería que merecen el mismo derecho a respirar un aire limpio; el restaurante es otra empresa más y debe someterse a las mismas normas que las oficinas. Cada uno en su restaurante no puede hacer lo que quiera, por eso está sometido a diferentes normas y leyes. Imagínense un restaurante cuyas medidas de higiene no cumplan las establecidas, podría refutar que hace lo que quiere en su local… El caso del tabaco es otra medida de salud más.
Las leyes deben estar para proteger a las víctimas, las víctimas de accidentes de tráfico, accidentes laborales o las del tabaquismo como son los fumadores pasivos. Las leyes controlan, de diversas maneras, el comportamiento de las personas para que no atenten contra otros. Existe el deber de proteger al ciudadano. Antes que el derecho a fumar delante de los demás existe el derecho a respirar, a vivir.
5- En contra: Es una ley contra los fumadores. Se nos trata como a delincuentes.
5- A favor: Es una ley a favor de los que no fuman (que siempre son fumadores pasivos). Se basa en numerosos fundamentos que tienen que ver con consecuencias nocivas para la salud. La sociedad ha dado unos derechos a los adictos al tabaco que no se los ha otorgado a otros adictos aunque también paguen impuestos. Que hasta ahora se haya aceptado no significa que sea lo correcto.
La gente señala con el dedo y critica a aquellos adictos a la cocaína, el alcohol o la heroína, cuando que estos consuman no afectan al de al lado. En cambio el fumador ha sido aceptado socialmente cuando su adicción perjudica a los que le rodean. En otros países, como EEUU, las medidas son mayores y la gente está más concienciada al respecto.
6- En contra: Deberíamos tener salas de fumadores, espacios habilitados para nosotros.
6- A favor: Si los adictos al tabaco piden salas en el trabajo, también pedirán camas los adictos al sexo, barras de bar los adictos al alcohol o máquinas tragaperras los adictos al juego. Aún así los aeropuertos ofrecen salas a los fumadores y no al resto de adictos, otorgándoles unas prioridades con respecto a los demás. Los trabajadores fumadores suponen pérdidas económicas en las empresas, ya que necesitan salir a menudo a fumar, lo que hace que sean menos productivos. Si además fumasen en el trabajo supondría riesgos para la salud de sus compañeros y bajas por enfermedad.
7- En contra: Hay que ser tolerantes.
7- A favor: Tolerantes han sido hasta ahora los no fumadores, obligados a ser fumadores pasivos. No querer enfermar debido al tabaco que no quieres fumar no es ser intolerante sino inteligente. La decisión de no beber no hace daño ni obliga a beber a los de alrededor, muy al contrario que la de fumar en público. Afortunadamente hay algunos fumadores respetuosos que entienden eso.
8- En contra: Si es tan malo fumar, beber también es malo; que lo prohíban. Es muy peligroso y hay peleas y accidentes por beber. Deberían prohibir también entonces el consumo de comida “no sana”.
8- A favor: Los adictos al alcohol perjudican su propia salud no la de los demás. Del mismo modo, si una persona gusta de comer cien bollos, afecta únicamente a su colesterol y no al de los demás. El fumador se fuma el cigarro y perjudica doblemente (más que a él mismo) a quienes comparten local con él. Prohibirlo porque haya accidentes o peleas supondría prohibir el uso de coches porque los hay que no respetan las normas, prohibir usar tenedores o cuchillos porque pueden matar, prohibir el uso de pegamento porque los hay que lo esnifan, los cinturones porque se puede pegar con ellos o los cigarrillos porque pueden provocan incendios…
Si en los bares se utilizaran difusores de componentes nocivos para la salud, la ley lo prohibiría; del mismo modo que debe hacerse con el tabaco. Se trata de prohibir lo que hace daño a terceros por el único hecho de usarlo, como ocurre con el hecho de fumar; los demás, con un uso responsable y respetando unas normas, no suponen riesgo.
9- En contra: Siempre ha estado permitido.
9- A favor: Los fumadores representan sólo un 30% de la población; es decir una minoría ante el resto de fumadores. Ya es hora de cambiar las cosas, como tantas tradiciones ancestrales y crueles. El riesgo no se puede tolerar por muy acostumbrados que estuviéramos hasta ahora. Han sido muchísimos años de intransigencia e insolidaridad de algunos fumadores, importándoles afectar gravemente la salud de los demás.
10- En contra: Habría que demandar al Ministerio de Hacienda y Sanidad y Consumo por comercializar productos peligrosos para la salud.
10- A favor: Las cajetillas advierten sobre los peligros que supone fumar, y sus componentes; poco parece importarles a los nuevos consumidores conocedores de dicha información o a aquellos que se niegan a dejar de fumar sencillamente porque no quieren. Si tan preocupados están estos fumadores de su salud, deberían preocuparse también por la de aquellos obligados a ser fumadores pasivos.
11- En contra: Supondrá una pérdida de empleo.
11- A favor: Podrían quejarse más los que venden otras drogas por no dejarles traficar siquiera con ellas y evitar así que hubiera más empleo, y de esta manera todos las actividades ilegales. Lo que debe primar en cada profesión es que no atente contra la vida de otros.
Un estudio realizado por Jaime Pinilla, docente de economía de la Universidad de Las Palmas y experto en tabaquismo, asegura que desde que entrase en vigor la Ley Antitabaco del 2005; se han creado más empleos en el sector de la hostelería mejorando así su facturación.
12- En contra: Conozco a gente que ha tenido cáncer y nunca han fumado.
12- A favor: El tabaquismo es una enfermedad crónica, progresiva y frecuentemente mortal. La gravedad del tabaquismo depende del número de cigarros que se fuman, cuánto se consume, cómo se inhala el humo, la edad a la que se inicia la adicción… Negar sus consecuencias resulta ilógico.
La relación cáncer-tabaco está demostrada científicamente; y si es posible desarrollar dicha enfermedad sin fumar, el hecho de hacerlo aumenta las posibilidades. Si a ti no te importa es respetable, pero no hagas que lo padezcan los que no quieren fumar. Hoy en día el tabaquismo es uno de los principales problemas de salud pública.
Rosi Legido.