¡Envíanos tu artículo!

Escribe lo que quieras y como quieras, sobre cualquier tema que te interese.
¡Comparte tu información con todos los lectores!
Envíalo a: alas.social@gmail.com
Y dinos con qué nombre quieres firmarlo (real o inventado)

¿De qué quieres que hablemos?

Si quieres información sobre algún tema en concreto, dínoslo en el mismo email y escribiremos sobre ello.

La información y las opiniones vertidas en este blog, tanto en las entradas como en los comentarios son obra exclusiva de su autor.

sábado, 16 de abril de 2011

Disfrutando del campo con cuidado

Pocos placeres hay mejores que disfrutar de un día de campo con tus perros, pero si paseamos por un pinar en época de primavera, la actividad puede convertirse en algo más que peligrosa y por lo tanto, totalmente desaconsejable.

Durante estas fechas, las orugas procesionarias (llamadas así por su forma de andar en fila unas tras otras) bajan de sus nidos ubicados en los pinos, para enterrarse en el suelo y convertirse en mariposas.

Estas peculiares orugas son reconocibles a simple vista por ser peludas y de color pardo, y precisamente en ese pelo se encuentra la grave amenaza que muchos desconocen y de la que deberían informar todos los veterinarios.

Ante dicho aspecto y manera de desplazarse, muchos perros se acercan curiosos a olerlas, lamerlas o comérselas, sin saber lo tóxico e, incluso mortal, que puede resultar dicho contacto. No es necesario tocar una oruga procesionaria para sufrir las consecuencias; rozar una superficie por la que han pasado es suficiente, incluso el pelo de éstas en el aire puede provocar alergias cutáneas o respiratorias en personas y animales que deberán tratarse con antihistamínicos y corticoides.

La procesionaria no pica ni muerde, pero son sus pelos altamente tóxicos que actúan a modo de arpones, los que producen las fatales consecuencias. Si éstos entran en contacto con los labios, las encías o la lengua del animal, se inflamarán y ocurriría un inevitable proceso de necrosis, es decir, se le irá ennegreciendo y a los días se le caerá ese trozo de lengua; algo que imposibilita en gran medida la tarea de comer y beber correctamente.

Hay que impedir que cualquier animal se acerque a éstas, especialmente los perros que debido a su olfato son los que más se arriman sin pensárselo. Si el percance ocurre, habrá que lavarle rápidamente la boca con abundante agua, asegurándose de que intentamos echar los pelos fuera y no hacia el interior, y acudir urgentemente al veterinario más próximo; ya que el veneno puede haberse extendido a la laringe y provocar la asfixia y muerte de éste.

Algunos de los síntomas que debemos observar ante la duda de si el animal se ha intoxicado con dichas orugas son la hipersalivación, es decir, el babeo excesivo; picores por todo el cuerpo, lengua y hocico inflamados, vómitos, oscurecimiento de la lengua, jadeos, hemorragias, fiebre, dolor, conjuntivitis, frotarse el morro o los ojos, síntomas de asfixia o molestias al tragar.

El veterinario deberá examinarle debidamente, asegurándose de que no queda ningún pelo; para ello puede ser necesaria una exploración más completa mediante un cepillado y limpieza minuciosa de la boca bajo anestesia, con el fin de eliminar cualquier resto y evitar consecuencias peores. En todos los casos, el animal recibirá un tratamiento médico mediante corticoides y/o antibióticos.

Si posees pinos en tu parcela debes controlar dichas plagas y evitar la formación de bolsones (se reconocen porque son nidos a modo de madejas de hilo blanco) .Hay diferentes métodos para eliminarlos como su poda y quema, la utilización de productos biológicos, los tratamientos insecticidas con productos químicos, trampas de feromonas o diversos artilugios; o mejor aún, previniendo la formación de dichos nidos en otoño mediante técnicas de vacile que llevan a cabo empresas especializadas o los propios particulares, y que realizadas justo antes del invierno impedirán que se formen bolsones para la próxima primavera. Por supuesto, no hay que olvidar tomar las medidas necesarias para realizar estos procesos, como son protegerse los ojos y la nariz con mascarilla y gafas, y las manos mediante la utilización de guantes; evitando siempre realizarse en día de viento.

Con todo esto, se recomienda no pasear cerca de pinos con tus animales especialmente en época de febrero a mayo; y si no queda otro remedio, a ser posible que sea con el uso de un bozal para evitar mayores riesgos en caso de contacto. Sólo de esta manera se logrará disfrutar del campo sin una de sus amenazas desconocidas por muchos.

Rosi Legido.
votar

6 comentarios:

  1. Vaya... pues mis perros siempre están cerca de pinos... la verdad es que cuando se paran demasiado tiempo a oler algo voy a ver qué es, pero es difícil controlarlos todo el rato.

    Bozal no les voy a poner, les encanta ladrar mientras juegan, sobre todo a uno, el otro lo hace para saludar a la gente.
    No sé, los paseos no serían lo mismo si llevan un bozal. Los disfrutamos mucho y no quiero cambiar eso.

    Creo que en esto me voy a arriesgar... siempre he tenido perros y nunca les ha pasado nada con las orugas, y espero que siga la racha...
    Pero al menos si algún mal día huelen o se comen una, ya sabré cómo actuar. Gracias.

    ResponderEliminar
  2. La virgen las oruguitas, con lo pequeñitas y monas que son, ahí todas en procesión, les falta un paso y alguna cantando saetas. Tendremos cuidado, pero el Jipi es un perro que no le interesan mucho las cosas banales, le mola más leer a Shopenhauer o como se escriba, y Jethro es un perro que nunca le ha pasado nada, y se asusta hasta de las moscas.

    ResponderEliminar
  3. no hay que pasearles con bozal, es una pena; pero como digo, si a la fuerza has de pasar por sitios con pinos en esa época, hazlo; aunque depende del clima del año puede haber o no. yo conozco muchos casos ocurridos, algunos fatales y los que menos sin parte de lengua siempre se quedan. es peligrosíiiisimo y no hace falta tocarlas; pero si ya las tocas, las hueles o las lames... pufff. con su expediente académico, yo creo que jipi debería opositar anotario. jejeje.

    ResponderEliminar
  4. El Jipi es todo un señor jajajaja...
    Últimamente veo a perros con bozal en el parque donde yo los saco, uno enorme que hay cerca de casa. No son perros peligrosos, no lo son porque voy a correr a ese parque y se ponen a mi lado a correr conmigo jajajja meneando el rabo. Entonces me paro y los acaricio (más que nada para que no se alejen de su REAL dueño jajajaj). Pregunto por qué llevan bozal y los dueños, flipa, me dicen que esque hay gente que se queja de que no lo llevan y son grandes. Sin comentarios.
    No sé si es obligatorio que los lleven los "perros potencialmente peligrosos" (me hace gracia esto, con Jethro juegan siempre los pitbull jajajaja y se lo pasan pipa), ya me aclararás que tú sabes más de eso, pero de los que hablo, de los que "corren conmigo", no hay ni uno que sea de esas razas. Así que no sé hasta qué punto el dueño debe hacer caso a la gente que les recrimina. Yo no lo haría.

    ResponderEliminar
  5. bueno, los perros considerados P.P.P deben llevarlo sí, al menos si van sueltos; como dije en el post sobre esos perros, hay muchas razas consideradas P.P.P y es una pena porque no significa que sean más agresivos que otros sino que su mordedura evidentemente, en caso de producirse, será mayor que si te muerde un caniche; y eso que por caracter tiene peor caracter un caniche y cualquier perro pequeño que se creen todos muy bravos jeje. Entre que hay gente que se dedica a entrenar mal a los perros de mandíbula fuerte para hacerles agresivos, y las noticias son noticia si muerde ese perro y no un chiguaga... pues la ley repercute en llevar medio preso a tu perro aunque sea un bendito.

    ResponderEliminar
  6. Pues qué pena. Esa pitbull es majísima, es una cachorra. Pero otro pitbull ya mayor que también anda por ese parque, otro, que juega con Jehtro que no veas... Y unas doberman... bueno, pues eso. Muy majas también.

    ResponderEliminar