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sábado, 9 de abril de 2011

La juventud dice NO

Tengo desplegadas en la mesa varias octavillas que fui recogiendo en la manifestación que se celebró el día 7 de abril y que me ayudarán a escribir este post, convocada por unos nuevos protagonistas, los jóvenes. 

Salió desde la Plaza de Antón Martín, siguió bajando la calle Atocha, y tenía previsto pasar por Cibeles y llegar a Sol, camino truncado por la policía que frenó el avance y la hizo terminar, con la lectura de su manifiesto, en la plaza del Museo Reina Sofía.

Antes de empezar con la crónica de esta jornada de protesta, creo que es mi deber condenar a todos los medios de comunicación que han reducido en miles la cifra de los asistentes, que han dejado caer deliberadamente que se contaba con la presencia de colectivos “comunistas” y “anarquistas”, lo que para mí tiene una intención muy clara; que han centrado su noticia en los “disturbios” que hubo y de los cuales no me enteré hasta ayer por otra gente que sí vio las noticias, y eso que llegué a la plaza donde se leyó el manifiesto. Muy poco debió pasar, y nada grave. Así que… cuidado con la información que se nos da. Siempre cuidado con ella.


Tengo que adelantar que no me quedé a la lectura del manifiesto, aunque llegué a ver la concentración de gente en la plaza del Reina Sofía, ya que tuve que volver a casa por un dolor de espalda que arrastraba desde hacía una hora, calle Atocha abajo, probablemente debido a que como éramos muchísimos, se caminaba despacio y tenías que parar cada tres pasos, unido a que yo ya no soy tan joven como los que estaban presentes.


Dicho esto, creo que ya puedo empezar el relato de lo que sucedió.


Nos juntamos miles de jóvenes para defender nuestros derechos básicos, mermados por la actual crisis económica que estamos sufriendo, y de la que nos sentimos las únicas víctimas, como gente “corriente”, mientras a otros pocos se les protege y se les aumenta su riqueza y bienestar, siempre a nuestra costa.


Se protestó por la situación laboral: en nuestro país un 40% de jóvenes sufre desempleo, los que lo tienen es bajo condiciones de temporalidad o falsos contratos indefinidos (sabemos que la Reforma Laboral favorece este tipo de contratos, subvencionados y con un despido barato); muchos trabajan bajo condiciones precarias, y además, se les han aumentado los años de cotización para acceder a una pensión “casi medianamente” digna.


En la octavilla de la Coordinadora Juvenil de Lucha
se pueden leer varios párrafos que resumen todo esto de una manera cruda pero real, y en los que se nos llama a la unión
(www.coordinadorajuvenildelucha.blogspot.com):

“Somos el futuro de la sociedad; los estudiantes somos los futuros trabajadores de esta sociedad que nos trata como mercancías a las que hay que rebajar el precio. Mercancía que pretenden que sea sin cultura y con la justa cualificación profesional para que pueda ser barata y sin calidad.”
 

***

“Siempre ha sido el conjunto de los humanos los que se han unido para hacer frente a las hostilidades comunes del mundo, y, mientras se han mantenido unidos, han conseguido transformar el mundo para sobrevivir en mejores condiciones de vida. Por lo que, más que nunca, tiene razón la consigna: La unidad hace la fuerza.”

No sé vosotros, pero yo, leyendo esto, pienso que la idea que tiene mucha gente sobre los jóvenes no les hace justicia. Es un sector de la sociedad que se da cuenta, como todos, de lo que pasa; que sí sienten inquietudes, que saben que su futuro va a ser difícil, y sobre todo, que tienen fuerza y ganas para luchar contra ello. Nos están pidiendo que nos unamos. Quizás la idea de que “a los jóvenes les da igual todo”, solo sea una mentira que se difunde para menguar su potencial. No nos lo creamos. Hay muchos, muchísimos, que no son así y necesitan nuestra ayuda. Y nosotros la de ellos.


Otro tema sobre el que se basó la protesta fue sobre la Educación. Un servicio social que está sufriendo grandes recortes y que es clave para el desarrollo de nuestra sociedad, que “produce” profesionales con futuro y de calidad, lo cual se refleja en la economía del país, esa que tanto nos preocupa. Pero parece que esto tampoco importa, y se aboca a los jóvenes a una situación en la que acceder a la Educación y a la Cultura es algo cada vez más difícil.


En otra octavilla de la Plataforma de FP Madrid leo que los estudiantes de Formación Profesional están teniendo serios problemas para continuar con sus estudios: los estudiantes de Ciclo Formativo de Grado Superior han de realizar una prueba específica para acceder a la Universidad, examinándose de materias que no han aprendido en sus dos años de formación. Esto constituye una clara desventaja frente a otro tipo de estudiantado. Por otro lado, piden que su título sea igual de válido que la prueba de selectividad y de esta forma poder continuar su formación. Además, ponen de manifiesto la necesidad de aumentar las plazas en FP, ya que muchos estudiantes (50.000) este año se han quedado sin plaza para poder continuar sus estudios.


Además de defender la Educación Pública, se exigió una Sanidad Pública, condenando su privatización, recortes y rechazando la implantación del copago.

 
A estos temas candentes se unieron otros sobre los que, en lugar de hablar yo, dejaré que lo hagan las palabras escritas en algunas de las pancartas que vi, y que son estas:

“Derecho a techo a justo precio”
“Rebeldes sin casa”
“A mí menos, a banca y clero, más”
“Unos, palacios; otros, ni espacio”
“Techo y trabajo, sin ser esclavos”
“A Bancos, salváis; a pobres, robáis”
“Ni pensionazos, ni sueldazos”
“Pueblo manso, buen esclavo”

Os invito a reflexionar sobre todo esto, y a contestar a una pregunta: ¿somos solo nosotros, “los mayores”, los que podemos enseñar a los jóvenes… o también podemos aprender de ellos?.
Raquel Ruiz. 
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