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viernes, 11 de febrero de 2011

Deuda externa y subdesarrollo

Tenemos que remontarnos a la década de los 60 para conocer el origen de la deuda externa. En aquel tiempo, debido a la crisis financiera existente, el dólar sufrió una enorme devaluación y con él bajó el valor del petróleo (medido en petrodólares), lo que causó un grave problema a sus países exportadores.

Más tarde, en los tempranos 70, estos países multiplicaron el precio del petróleo para recuperar sus ganancias, aprovechando que se trataba de un producto fundamental cuyo precio tendrían que aceptar los países compradores.

En poco tiempo los países productores se enriquecieron de nuevo y depositaron su excedente de capital en los bancos occidentales, que llenaron sus arcas de dinero inmovilizado que no producía rentabilidad.

Por ello, invirtieron este dinero dejándoselo a los países subdesarrollados a un interés muy bajo (recordemos que un país es un buen deudor, ya que nunca puede declararse en bancarrota), pero no valoraron la situación de los países peticionarios, así como tampoco el modo en que se utilizaban estos créditos, que debían ser destinados al desarrollo de estos países según las condiciones de los propios préstamos.

Debido a esta irresponsabilidad, tanto de los bancos como de los países deudores, el dinero prestado se gastó en actividades que no estaban, ni de lejos, destinadas al desarrollo real de estos países: compra de armamento, proyectos de desarrollo a gran escala mal planificados, proyectos privados que enriquecían a unos pocos, tráfico de drogas…

Este marco de despropósitos fue permitido por los gobiernos corruptos de estos países (que perduran en la actualidad), que permitieron el lucro de una pequeña oligarquía (dirigentes políticos, funcionarios corruptos, instituciones militares, mafias) mientras el grueso de la población vivía en la miseria. Además, la deuda aumentaba constantemente, debido a la facilidad de acceder a este “dinero barato”.

Llegó un momento en que el precio del petróleo volvió a subir y a la vez los tipos de interés de los créditos de los países pobres (por su falta de solvencia y la previsible depreciación de su moneda), por lo que empezaron a no poder pagar su deuda. El PNUD (Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo) estima que en 1980 los tipos de interés en los países pobres eran cuatro veces más altos que en los países ricos.

Debido a esto, los países que habían prestado dinero se encontraron con que nadie se lo podía devolver, y con la ayuda del FMI (Fondo Monetario Internacional) renegociaron los préstamos y sus condiciones. Actualmente, el desarrollo de los países pobres queda supeditado a que el Estado deudor sea económicamente sostenible, para que pueda devolverles el dinero.
 
Para ello se crean, en los países deudores, nuevos programas de ajuste estructural que aunque su fin es el de estabilizar las economías en crisis e impulsar su crecimiento, la realidad es que estas nuevas políticas de ajuste provocan efectos muy negativos en los países más endeudados como: graves desequilibrios sociales, más pobreza, una bajada de la calidad e inversión en servicios sociales, más desempleo...

Parece claro que en un marco como el explicado es difícil que un país pueda alcanzar un desarrollo sostenido, pero recordemos además otras razones que agravan este problema:

- Las grandes desigualdades en el reparto de la riqueza: en muchos países una pequeña minoría controla la economía y la política.

- La colonización: un territorio se coloniza porque tiene riqueza en materias primas, las que sean. Las potencias colonizadoras se llevan esas materias primas muy baratas o gratis, por tanto, la gente que vive en las colonias no pueden usarlas para crear e impulsar su propia industria, además de que la mayoría trabaja para los colonos, en los procesos de extracción de estas materias primas. 

Debido a ello, muchos países pobres siguen manteniendo una dependencia económica y comercial respecto a las potencias colonizadoras.

- Analfabetismo y carencias en la Educación: la Educación es la base de una sociedad y de su desarrollo, en cualquier ámbito. Si esta no existe o es pobre, un país no puede vivir por sí mismo ni ser competitivo en un marco mundial.
En los países ricos, cada vez más avanzados, se inventan nuevos materiales y se crean formas de producir y consumir sus propias materias primas, que constituyen la mayoría de las exportaciones de los países pobres. Por tanto, estos ven así cómo disminuye su comercio agravándose más su situación económica.

La gran pregunta es por tanto: ¿Puede perdonarse la deuda externa?

Todo apunta a que SÍ. La deuda de los países más pobres del mundo está valorada en menos de 300 mil millones de dólares. La cancelación de esta deuda representaría mucho menos de lo que ganan los países más ricos en solo tres días.

Por otro lado, los países altamente endeudados no pueden salir de su situación actual, ya que mientras arrastren esa enorme deuda externa, nadie les dejará más dinero, así que su situación no mejorará nunca.

Si se cancelase esa deuda y el “contador quedase a cero”, probablemente inversores y prestamistas volverían a verlos como países donde obtener beneficios. En la actualidad, los países pobres no pueden gastar su dinero en ellos mismos, ya que todo se va en pagar su deuda (y en beneficiar a sus dirigentes). Si dispusiesen de ese capital, podrían llegar a un desarrollo sostenido acorde con las necesidades de sus inversores y prestamistas, y dejarían de estar excluidos de los mercados financieros internacionales.

Pero esta cancelación debe supeditarse a políticas económicas y sociales donde participe la población de una forma democrática (la gran afectada), tanto en su implantación como en la administración de sus medios, para orientarlas a su desarrollo y no de nuevo al beneficio de sus gobiernos corruptos. 
Raquel Ruiz.

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2 comentarios:

  1. El problema es que en estos paises el régimen político es la dictadura, destinan el dinero en otros menesteres que en los que debieran. No sé muy bien hasta que punto los gobiernos que prestan dinero pueden exigirle que lo destinen al desarrollo del pais

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  2. Exactamente. Pero la solución está terminar con esas dictaduras e implantar una democracia, donde se den esas políticas económicas y sociales donde el pueblo participe directamente.
    Pero... ¿cuántos intereses habrá, digo yo, para mantener a esos sátrapas?

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